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El periodo o época de cría es seguramente la más bonita para los criadores, sin duda la de más
trabajo en un aviario deportivo y en la que se registra una mayor incidencia de procesos patológicos de tipo parasitario, comportamental, infeccioso o vírico.

La práctica más habitual consiste en introducir a los machos en las jaulas de cría establecidas por parejas, habitualmente las hembras se colocan después y hay un periodo de adaptación en el que se favorece la interacción, mediante el aumento de horas de luz (algo fundamental para el celo), la temperatura y el aporte de distintos suplementos nutricionales sobretodo a base de vitamina E.

Posteriormente, se juntan, se les coloca un nido y material para que lo modelen y se espera la aparición de los primeros huevos, aproximadamente a la semana. Suelen obtenerse cuatro huevos,
uno cada día en días consecutivos.

Lo más habitual es que la hembra empiece a incubar al poner el último huevo, pero si esto no fuera así y empezara a incubar desde el primero, este futuro pollo tendría cuatro días de ventaja sobre el cuarto, lo que favorece la mortalidad perinatal de los pichones más pequeños.

Por eso los criadores suelen sustituir diariamente los huevos auténticos por réplicas de plástico. Los originales los colocan en el nido al cabo del cuarto día…

 

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